Y deje de llamarme...

Siempre he sido una chica complicada en muchos sentidos. Las manecillas de mi brújula en más de una ocasión se han vuelto locas. Soy demasiado apasionada. No me gusta que se me imponga nada y en aras de ello ir contracorriente parecía ser mi deporte preferido. Me he dejado domesticar a ratos... pero solo a ratos. 

Como he dicho soy cariñosa, me gusta serlo; pero he tenido que soportar abusos a mi cariño , los he tolerado hasta que esa otra logra desatarse de sus afectos. He sufrido el amor y lo he gozado.Casi siempre terminé sufriéndolo. Supongo que en esa necesidad de encontrarlo lo busqué en donde no correspondía.

Un día sin más decidí ya no buscarlo, ya no amar. Decidí dejar que el amor lo dieran otros... y justamente no buscándolo apareció. Así sin más. 

He dejado atrás mi nombre propio... desde hace unos años respondo al nombre de "Cari." He aprendido que el amor no es empecinamiento. El amor no es tolerar. Voy poco a poco aprendiendo que el amor tiene que ver con un crecer juntos. 

Es cierto que muchas ocasiones volteas a ver las piernas de otras y que puedes perderte horas y horas frente al ordenador, pero también es cierto que cuando me miras tus ojos de guerrero se transforman en mansos corderos.  Es verdad que casi nunca me regalas flores pero también es verdad es que sin faltar un solo día desde que estamos juntos, me llamas a media mañana para saber de mi batalla con las cazuelas o las plagas de mis plantas. Que te gusta escucharme hasta cuando hablo de política y que el mejor halago que me puedes hacer es decirme que debería escribir una columna. ..

Me gusta olvidar mi nombre cuando de tus labios sale la palabra "cari." Soy frágil por naturaleza, fuerte por necesidad, lo hermoso de este cuento es que contigo puedo ser tanto lo uno como lo otro sin sentirme mal.